INT. APARTAMENTO - DÍA.
Nicolas apoyado en el marco de la puerta de la habitación. La ventana abierta. Se oye el tumulto mañanero de la calle.
— Deja de ser tan quisquillosa. Y dime, cómo estás.
EXT. AEROPUERTO - DÍA.
Carla
arrastra una maletilla de ruedas mientras habla por teléfono y mira
como despistada por los grandes ventanales que dan a las pistas.
— Llego mañana por la mañana. ¿Vendrás? A buscarme, digo…
INT. APARTAMENTO - DÍA.
— Dime cómo estás.
EXT. AEROPUERTO - DÍA.
— Viajo temprano y llegaré cansada. ¿Vendrás?
INT. APARTAMENTO - DÍA.
— Trabajemos entonces...
EXT. AEROPUERTO - DÍA.
— ¿Osea que no vas a venir?
INT. APARTAMENTO - DÍA.
— Digo que nos pongamos a trabajar…
EXT. AEROPUERTO - DÍA.
Carla se para frente a uno de los ventanales.
— Pues venga escribe. ¡Escribe! (Pausa)
Su rostro y su cuerpo se reflejan en el cristal. Se retoca el pelo con gracia, como hablándose a sí misma.
—
¡Escríbelo! Sin dejarte una coma. Escribe y detalla todo, tú sabes
mejor que nadie cómo va, ¿no? Venga ponte a ello, haz el jodido guión y
píntame de puta, de loca, de lo que quieras, de lo que sea, de lo que
creas que soy, porque eso es, es lo que piensas que soy. Escríbelo que
luego yo lo remato. ¡Joder! ¿No es así como funciona? Escribe lo que
digo, idiota!